Por:
Enrique González Carré
Universidad de Huamanga
En el proceso histórico de los puebles surgen personalidades particularmente
sobresalientes que, a través de su vida, sus obras y realizaciones,
identifi-can el pensamiento, los anhelos y el carácter de cada época.
Son personas que llegaron a comprender con gran amplitud el momento
histórico que les tocó vivir y a quienes el pueblo, la comunidad y las
instituciones les confían la tarea y el compromiso de ser sus representantes
y sus conductores.
Efraín Morote Best fue una de aquellas personas. Se dedicó con esfuerzo,
talento y sabiduría a la investigación científica del mundo andino y
su cultura; a la organización y promoción de instituciones científicas
y académicas; y a la docencia universitaria. Hombre apasionado, puso
gran energía a cada uno de sus actos y profunda honradez en su vida
intelectual y personal.
Efraín Morote Best nació en la ciudad de Huamanga, en el departamento
de Ayacucho, hacia los años treinta del presente siglo. Realizó sus
estudios escolares en escuelas y colegios nacionales de la misma ciudad
de Huamanga, donde vivió ininterrumpidamente, hasta que se hizo joven,
nutriéndose de la vida de los campesinos: "Por motivos familiares, viví
en estrecho contacto con esos campesinos pauperizados; en tal medida
estrecho, que mi primera lengua resulta ser el quechua y no el español
en el que habitualmente se comunican mis padres y hermanos". (Morote
Best, 1990: 12).
Viaja a la ciudad del Cusco para estudiar en la Universidad San Antonio
Abad las especialidades de Literatura e Historia; asimismo realiza estudios
pro-fesionales en la especialidad de Derecho. Entre las años de 1945
y 1955, obtiene los grados académicos de Bachiller en Humanidades y
doctor en Historia, en la Universidad del Cusco; Bachiller en Derecho
en la Universidad Nacional de Arequipa y el título de abogado en la
Universidad Nacional de Trujillo.
Durante sus estudios universitarios amplió sus conocimientos científicos
y humanísticos afirmando su vocación andina y peruanista. Asimismo,
teóricamente se orientó en el pensamiento de carácter antropológico,
teniendo como objetivo la comprensión y explicación de lo indígena y
la cultura tradicional. Tuvo gran influencia en su formación el historiador
y folklorista ayacuchano doctor Víctor Navarro del Águila, que se desempeñaba
como docente en la Uni-versidad del Cusco y también sus relaciones de
amistad con obreros y campesinos, con humildes gentes de los barrios
y los pequeña pueblos de la ciudad cuzqueña, como el mismo Dr. Morote
lo relata: "Poco a poco, las lecciones recibidas de mi maestro el Dr.
Víctor Navarro del Águila, los incesantes diálogos con él y con mis
compañeros, del Grupo Guamán Poma, primero, y del Grupo Tradición, después,
las ansiosas lecturas de fuentes escritas sobre la historia de América,
de obras de Filosofía, de Antropología, de Sociología, de Economía y
de abundante gama de obras literarias de diversos países y épocas, fue
ampliando mi visión del mundo y permitiendo que valore, cada día con
mayor exacti-tud, el increíble fondo de sabiduría encerrado en el pueblo
humilde, sencillo; en los frutos del sentimiento, del pensamiento y
las obras de las manos de ese pueblo... Hubo, pues, razones que me encaminaron
hacia el cultivo del Folklore. O, por lo menos, creo que las hubo".
(1990: 12).
Entre 1940 y 1960 la ciudad del Cusco fue escenario y centro de una
in-tensa actividad intelectual en los campos de la ciencia, el arte
y las humanida-des. Quienes estudiaban y trabajaban en la Universidad
de San Antonio Abad, eran los principales animadores de estas tareas
relacionadas con el análisis, el estudio, la creación y la explicación
de nuestra realidad andina y peruana. Son los años en que surgen grupos
culturales e instituciones científicas como Waman Poma, Tradición, la
Sociedad Peruana de Folklore, el Instituto Americano de Arte - Cusco,
Allqamari, Sol y Piedra, entre otros. Se investigaron y estudiaron gran
variedad de temas; se organizaron muchos eventos científicos; se establecieron
conversatorios y se editaron y publicaron revistas, boletines, periódi-cos
y libros de calidad, que aportaban al enriquecimiento de la cultura
del Perú, a su conocimiento y a la vertebración de una teoría científica
que explique nuestra realidad social.
Efraín Morote Best vivió todos esos años en el Cusco, participando acti-vamente
en todas las tareas científicas y eventos de su especialidad. Presidió
y dirigió las principales instituciones dedicadas al cultivo del Folklore
y la cultura tradicional y con su orientación se publicaron revistas
y boletines de excepcional calidad por el alto nivel material que contenían.
En estas tareas; en sus trabajos de investigación, que fueron permanentes;
en sus viajes como profesor invitado y conferencista en diversas universidades
del Perú, América, Europa y Asia, Morote Best consolida su formación
científica; reafirma su vocación y pasión por la cultura tradicional
y el Folklore. Encamina su tarea docente a propugnar una ciencia comprometida
con el conocimiento del pasado y del presente, sólo para contribuir
en la construcción del futuro y se preocupa y reflexiona sobre la función
social del conocimiento; sobre la proyección social de las instituciones
científicas y culturales; sobre la necesaria armonía y concordancia
que debe tener el científico entre su vida y su obra.
Quienes vivieron de cerca estas actividades y esos años intensos en
la ciudad del Cusco, y quienes hemos conocido todo ello par la lectura
de las publicaciones de la época y el diálogo con varios de sus protagonistas,
o con el mismo profesor Morote Best (a quien tuvimos la suerte de contar
como maestro y ami-go en nuestros años de estudiantes universitarios)
valoramos singularmente lo hecho en el Cusco en las campos de la ciencia
y del arte. Morote Best es identi-ficado como líder del grupo cultural
Tradición, que nucleaba a un distinguido conjunto de intelectuales como
Josafat Roel Pineda; Oscar Núñez del Prado, Emilio Mendizábal, Jorge
Lira, Horacio Villanueva, Rubén Sueldo Guevara, Federico Larrea, Mariano
Fuentes Lira y Hernán Velarde, entre otros, quienes alientan numerosas
actividades de creación e investigación, y promueven el establecimiento
de filiales del grupo Tradición en varias ciudades peruanas y la presencia
de representantes a muchos países extranjeros, con la colaboración de
estudiosos de diferentes nacionalidades en dichos países, estableciendo
toda una red de vinculación, diálogo y colaboración científica que enriquece
la tarea ini-ciada en el Cusco y que constituye todo un aporte a la
cultura nacional. "En una reseña del aporte científico de San Antonio
Abad no puede olvidarse nunca al más vigoroso movimiento intelectual
que se tradujo en la revista Tradición, dirigida y animada por Efraín
Morote Best; órgano de gran circulación internacional y seguramente
la más valiosa publicación de esta etapa y cuya vida duró 6 años, entre
1950 y 1956 y que agrupara a los intelectuales más valiosos de su generación"
(Tamayo Herrera, 1978: 2G8).
El 6 de enero de 1948 murió el Dr. Víctor Navarro del Águila quedando
vacante la cátedra de Folklore en la Universidad del Cusco. Luego de
unos meses ocupó dicho cargo Efraín Morote Best. Hacia 1949, Morote
Best ya había acumulado una valiosa experiencia en la tarea cultural
y científica, que Io calificaba positivamente para el desempeño de la
tarea docente.
Cuando Efraín Morote Best asume la cátedra de Folklore, y un año después
publica su libro "Elementos de Folklore", consideramos que se da inicio
a una nueva etapa y una reorientación en el análisis de la cultura popular
y el folklore. El diletantismo combinado con una especie de bohemia
científica que se practicaba para el estudio del Folklore, empieza ser
desplazado por la actividad de estudiosos e investigadores con preparación
antropológica y criterio metodológico que dan como resultado recopilaciones
de material cultural con rigor etnográfico y muchos trabajos e investigaciones,
especialmente las publicados por Morote Best y otros, trascienden el
nivel de la compilación para desarrollar niveles de comparación, interpretación
y teorización que constituyen aportes científicos vigentes e insuperados
aún hoy en día, y que permiten formarnos una real idea de la profundidad
científica y humanística de Efraín Morote Best. Desde su cátedra universitaria,
desarrolla e impulsa la ciencia del Folklore y reorienta los estudios
en el campo de la antropología y las ciencias sociales en el Perú, iniciando
un camino de estudio y análisis que hoy es continuado por nuevas generaciones.
Sería sumamente difícil valorar la bibliografía que ha dejado publicada
Morote Best; Enrique Urbano, en su excelente introducción al libro Aldeas
sumergidas, realiza una valoración de la vida y la obra de Morote Best,
que constituye una justiciera reivindicación del intelectual, del científico,
del humanista, del maestro y del lugar que ocupa por méritos propios
en las ciencias sociales del Perú. A ello sólo debemos sumar el reclamo
y la urgencia de continuar reeditando el conjunto de sus publicaciones
y se prepare la publicación de la gran cantidad de material inédito
que produjo y organizó, y que muchos, que fuimos sus alumnos, tuvimos
oportunidad de conocer y comentar. La publicación de sus obras completas
llenará un vacío en la antropología andina, será fuente de consulta
permanente y marcará un derrotero en el camino para comprender científicamente
al Perú (Urbano,1988).
El año de 1959 es de gran significación en la trayectoria de Efraín
Morote Best. Se reabre la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga
en la ciudad de Ayacucho, su tierra natal. Se solícita su colaboración
como miembro de la Comisión de Gobierno y Organización. Acepta realizar
este trabajo pensando estar uno o, máximo, dos años. No fue así. Desde
el momento que se incorpora a la Universidad de Huamanga, su vida y
su existencia quedan ligadas a esta institución para siempre, así creemos
que lo pensó, y sintió, hasta los últimos momentos de su vida.
En la Universidad de Huamanga permaneció por más de doce años. Fue catedrático
y nunca dejó de dictar clases aun cuando ocupó diversos cargos en la
institución como director de Letras, decano, vicerrector, rector y profesor
emérito de la institución. En la tarea de organizar la Universidad de
Huamanga, compartió preocupaciones con el doctor Fernando Romero, Luis
Valcárcel, José María Arguedas y otros que conformaron las comisiones
de implementación; asimismo contó con el aliento de Raúl Porras Barrenechea
y Jorge Basadre, también comprometidos en la tarea de reabrir la tricentenaria
universidad ayacuchana.
Casi 25 años después, pensamos que Efraín Morote Best puso vida y pasión,
energía, voluntad y talento en la tarea de construir y desarrollar la
Universidad de Huamanga, alcanzando las metas que se había propuesto
y convirtiendo dicha institución en un ejemplo no repetido en el Perú
en lo referente a educación superior universitaria. En esta tarea no
estuvo solo, fue acompañado por un brillante conjunto de profesionales
e intelectuales que destacaran en sus especialidades a nivel nacional
y en el extranjero. En la Universidad de Huamanga, durante el rectorado
de Morote Best, concurrieron especialistas nacionales y extranjeros
de la más alta calificación, que fueron motivados e incorporados a compartir
y plasmar un ideal universitario gracias a la orientación, personalidad,
entusiasmo, dedicación y ejemplo vivo que fue, como maestro universitario,
Efraín Morote Best.
La Universidad de Huamanga, administrativa y académicamente se organizó
y funcionó en relación a la filosofía, la doctrina y el espíritu institucional
que le supo dar y cultivó entre sus miembros Morote Best. Aún hoy, en
1991, muchos actos, conductas y gran parte de la vida universitaria
de la institución, todavía responden y están teñidos por ese mensaje
de sabiduría, equilibrio y honradez que el rector Efraín Morote Best
inculcó en los alumnos y graduados, profesores y empleados, quedando
sus ideas escritas en documentos y aún im-pregnadas en los pasillos
y en los muros de cal y canto de la vieja universidad cristobalina.
Se puede escribir extensamente acerca de la vida y la obra de Efraín
Morote Best. No lo haremos ahora. Pero sí rescatamos la importancia
de su labor científica, de su producción intelectual, de su condición
de maestro, para quienes se comprometan en estudiar el Perú.
Paralelamente, para quienes fueron sus alumnos y sus amigos, todo lo
anterior estuvo expresado a partir de su personalidad y su carácter
singular, teñidos de un estilo inconfundible. Hombre apasionado y vibrante
en cada uno de sus actos, hizo de la honradez una práctica cotidiana.
Buscador incesante de la verdad. Generoso y fraterno con quienes trataba
y conocía. De frases lapidarias y sentenciosas para calificar conductas
incorrectas. Entusiasta de fino humor. Músico, poeta, y escritor. Hombre
de espíritu indoblegable, pero tierno y sentimental. Conductor y trabajador
incansable.
Señor profesor Efraín Morote Best, nuestro recuerdo y homenaje permanente.
Ayacucho, marzo de 1991.
Referencias bibliográficas
MOROTE
BEST, Efraín
1950 Elementos de Folklore, Edit. H. G. Rozas, Cusco.
1988 Aldeas sumergidas, Centro Bartolomé de las Casas, Cusco.
1990 Pueblo y Universidad, Editora Integral, Lima.
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