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CULTURA POPULAR, CULTURA ANDINA Y TRADICIONES POPULARES

El 12 de julio de 1987, el diario "Cambio", en Lima, publicó la entrevista que Alejandro Melgar hiciera al Dr. Efraín Morote Best, y que a continuación extractamos.

Dr. Morote, ¿cuáles son las diferencias que hay entre folklore, cultura popular y cultura andina?


Ud. me habla de tres categorías distintas y vinculadas, ninguna de ellas unívoca. El término folklore expresa dos conceptos básicos diferentes y complementarios. De un lado, designa el conjunto de valores espirituales y materiales fruto de la vicisitud histórica del Pueblo; del Pueblo con mayúscula, es decir, de la clase social productora y despojada; de otro lado nombra a la ciencia histórico-social específica que trata de determinar las leyes de surgimiento, desarrollo y extinción de esos valores espirituales y materiales, real o aparentemente fiadores de la existencia humana, pero, en todo caso integrantes de aquel patrimonio histórico-social conocido también. con el nombre de tradiciones populares.
Al decir "dos conceptos básicos", estoy advirtiendo que hay otras significaciones. Cierto sector social, por ejemplo, utiliza el vocablo folklore o su derivado: folklórico para señalar lo ridículo, lo grotesco, lo tosco, y deslucido en la conducta, el lenguaje y hasta la apariencia exterior de individuos de su propia camada. Aquí, en el fondo, se trata de un giro especial en el modo de hablar (y, desde luego, de pensar) de ese vulgo pequeño burgués cuasialfabeto o parailustrado que disfraza su miedo al Pueblo, con la burla y el menosprecio. Es un asunto de mentalidad de clase, de clase social.
Cultura Popular, locución que no me es de uso, entiendo que significa el conjunto de valores más o menos democráticas y socialistas de las masas explotadas y oprimidas, en contraposición con la cultura burguesa (o en nuestro caso, feudal-burguesa) dominante, que busca la perpetuación de sus ventajas basadas en la injusticia social y que, con tal propósito, utiliza, con idéntico denuedo, el pupitre o la cátedra, la tribuna o el confesionario, el púlpito o el libro, el periódico o la televisión, el soborno o el asesinato. En este sentido, la expresión cultura popular tiene para mí ciertas connotaciones político-sociales, como el término folklore las suyas estrictamente científicas o zafiamente vulgares.
Cultura andina es, según percibo, una categoría en desarrollo; una categoría instrumental tendente a abstraer lo que de nativo común o compartido hay en lo diverso de los valores espirituales y materiales del área geográfica-histórico-social a la que alude.
Resulta obvio que al transmitirle estas ideas asumo una posición, lo que significa que hay otras que advierten la multivocidad.

¿Qué relación halla Ud. entre Folklore y cambio social?


El Folklore es una disciplina histórico-proyectiva. Estudia cosas vivas venidas de tiempos muertos, pero, las estudia no para regodearse con la contemplación de ellas o con un sistemático examen y quedarse allí, sino para junto con otras disciplinas contribuir al aceleramiento del cambio social.
El Cambio, todos lo sabemos, es el salto de una fase de desarrollo social de la sociedad de clases a otra, cualitativamente superior. Este proceso, sometido a leyes, puede adelantarse o retrasarse, pero es necesario, vale decir ineludible. Se retrasa, por lo común, debido al poco desarrollo de la fuerzas productivas y a la resistencia que opone la clase reaccionaria utilizando mil medios, principalmente los criminales, ya que su aspiración suprema es evitar el paso del poder de sus manos a las del pueblo. Se acelera con el desarrollo de esas fuerzas productivas, con la maduración de la conciencia social, con el agudizamiento de las injustas relaciones de producción, con la adicción de la ferocidad represiva del Estado, en cuyo caso, como a normal que suceda, la lucha de clases deviene en violencia abierta que acaba cabal y definitivamente con la clase explotadora y su enorme maquinaria represiva expresada en las órganos del Estado reaccionario.
Si el Folklore es una disciplina histórica-proyectiva que, precisamente, estudia el patrimonio del Pueblo, si el Cambio Social es un paso tajante y necesario de una vieja calidad a otra nueva; si ese tránsito puede adelantarse o retrasarse en su advenimiento y si el sector positivo del patrimonio popular es parte de las armas que el Pueblo pone al servicio de su lucha de liberación; si todo esto acontece, como es cierto que es así, el vínculo entre Folklore y Cambio Social se hace muy visible.
El correcto manejo del patrimonio tradicional del Pueblo puede contribuir, y contribuye, al aceleramiento del proceso; el incorrecto manejo, a su retraso.
Pero algo más, y muy importante: producido el cambio social, las tradiciones populares purificadas por una concepción científica del Mundo, sirven para descubrir y mostrar la genuina identidad nacional; identidad totalmente alejada del nacionalismo chauvinista, patriotero, y siempre tragicómico que la reacción emplea como otra arma de lucha, esta vez para engañar, para confundir.
Nosotros, dije alguna vez, sólo podemos ser nosotras mismos; pero, también somos la Humanidad; una Humanidad que se enriquecerá con nuestras peculiaridades fuertes, útiles, honradas, hermosas y se deleitará auténticamente con ellas.

Ud. tiene un trabajo publicado sobre antropología en el que sostiene la e-xistencia de cinco principios...


Entiendo que se refiere al discurso sobre la antropología. La primera edición se la hizo en Huamanga, la segunda en Huancayo, en las facultades de ciencias sociales de las universidades respectivas.
Sostengo cinco proposiciones que enuncian otros tantos principios de las ciencias histórico-sociales: los de Unidad, Compromiso, Identificación, Definición y Acción, que, al final, se resumen en una fórmula: Las ciencias sociales son ciencias altamente comprometidas y sus labradores sirven, explícita o implícitamente, las causas del inmovilismo, de la reforma o del cambio, debiendo anotarse que el inmovilismo es una forma de necrofilia con cada vez más escasos adictos y que el reformismo es una costurería remendataria de ineficacia probada. Yo, desde luego, me defino por el cambio. No puede ser de otra manera si vivo en el país en el que vivo; un país injustamente desdichado, pero en cuyo brillante futuro confío.

También tiene otras publicaciones...


Sí; cerca de cien trabajos publicados aquí y allá, con buena fortuna o sin ella. Estas trabajos aparecen en libros, folletos, revistas y alguna enciclopedia. Pero, tal vez, lo que más interesa es lo que se hoy se hace que lo que ayer se hizo.

¿Qué nos puede decir sobre Ayacucho, nuestra tierra?


-Sigo viéndola como una víctima propiciatoria del cambio social en el Perú, en América y en los pueblos pobres del mundo.

Algunas palabras finales para la juventud ?


... Solo puedo, o, más bien, debo, dirigirme a la juventud peruana que, desde el lugar donde se halle, entrega sus energías, y a veces su propia vida, a la lucha por el cambio, que trae la liberación nacional, el progreso social y la paz: que aquilate muy seriamente su enorme tarea, puesto que ésa es la única manera de pagar con buena moneda la gran deuda que contrajo al haber nacido ahora, y aquí. Vivimos en un país inverosímil, que merece ser redimido. Que puede ser redimido. Que debe ser redimido. Que, a pesar de todo, será redimido.

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