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Los Incas
Por: Edmundo Guillén Guillén.
MANCO CAPAC (Manko
Qhapaq)
La biografía de este Inca todavía oscila entre el mito y la historia.
Aunque algunos autores lo sitúan nada más que como personaje legendario
y simbólico, los cronistas no dudaron de su existencia real.
Concuerdan en sostener que él dirigió la ocupación del valle del Cusco
con su hermana Mama Waqo, quizás a comienzos del siglo XIII, dando comienzo
a la historia de los incas. La tradición oficial inca, para justificar
sus conquistas y prestigiar su gobierno, lo presentó en sus cantares
como hijo del Sol y que había salido con sus hermanos del centro de
las tres ventanas que había en Tampu Toqo, en el paraje de Pakareq Tampu.
Según la tradición tuvo por mujer a Mama Oqllo, en la que procreó, entre
otros hijos, a Sinchi Roq'a. Durante su gobierno, desde la primera residencia
de Intikancha, aseguró la permanencia de la etnia Inca y de los ayllus
que lo acompañaron, en el valle de Cusco, desplazando por la fuerza
a sus antiguos habitantes y formando así el estado regional inca.
Antes de morir organizó, para mantener su descendencia, el ayllo Chima
Panaca. Contrariando las dudas sobre su existencia, en 1572 dos de sus
más calificados descendientes acreditaron la Historia Indica de Pedro
Sarmiento de Gamboa, al confirmar la versión que había elaborado sobre
este famoso Inca.
El licenciado Polo de Ondegardo, seguro de su existencia histórica,
buscó su cuerpo. Aunque no pudo hallarlo, encontró, sin embargo una
«piedra del altar de una vara de medir», que representaba su imagen,
en el pueblo de Bichilla o Mimbilla, cerca del Cusco.
Aunque Garcilaso de la Vega dice que Manco sujetó unos cien pueblos
en las comarcas próximas al Cusco, de los testimonios que recogió Sarmiento
de Gamboa se infiere que esas conquistas no excedieron del valle mismo
del Cusco.
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SINCHI ROCA
(SINCHI ROQ'A)
Hijo de Manko Qhapaq y Mama Oqllo. Según la historia oficial inca,
fue el segundo que gobernó el naciente estado regional con su capital
el Cusco.
Casó con Mama Coca del pueblo de Saño.
Se afirma que no aumentó en nada los límites del Estado y dedicó su
gobierno a consolidar la permanencia de la etnia inca y de los ayllus
que lo acompañaron en el valle mismo del Cusco.
Vivió en el Intikancha y murió de avanzada edad. El cuerpo de este Inca,
con su ídolo Guanachiri, fue hallado por el licenciado Polo de Ondegardo
en la localidad de Bimbilla o Mimbilla.
El ayllo de su linaje se llamó Raurahua Panaca. Según todos los
testimonios, perteneció a la parcialidad de los HurinCusco ;
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LLOQUI YUPANQUI (Lloge Llupanki)
Tercer inca de la parcialidad del Hurincusco.
Fue hijo de Sinchi Roq'a y Mama Coca. Según la tradición oral que recogió
Sarmiento de Gamboa, casó en la senectud con Mama Caua, del pueblo vecino
de Oma, en la que tuvo a su único hijo Mayta Qhapaq.
En su gobierno no salió del asiento del Cusco por guerra ni hizo cosa
señalada, y solamente desde la residencia de Intikancha mantuvo buenas
relaciones con los pueblos comarcanos de Guaro Guamay Samo, Pachachulla
Viracocha, los Ayarmacas de Tambocunca y los Quilliscaches.
El idolo, o goaoqui (waogey), de este Inca se dice que junto con su
cuerpo fueron hallados por el licenciado Polo de Ondegardo en la localidad
de Mimbilla.
El ayllo de su linaje se llamo Auayni, o Ahucani Ayllu, con una larga
descendencia.
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MAYTA CAPAC (Mayta Qhapaq)
Cuarto Inca de la parcialidad de Hurincusco.
Hijo de Lloqe Llupanki en Mama Kawa. Su nacimiento e infancia, forman
parte de la leyenda Inca.
Sarmiento de Gamboa, refiere que nació a los tres meses de gestación
y con dientes; tan robusto como el Hércules mitológico, que al año de
edad tenía fuerza descomunal; a los dos años peleaba con muchachos grandes
y los descalabraba.
Se cuenta que siendo joven salvo la vida de su padre y la suya, de una
incursión de sus vecinos los Alcabizas, a quienes luego de varios encuentros
los venció definitivamente, asegurando el gobierno Inca entre los pobladores
del valle del Cusco.
Iniciado su gobierno, a la muerte de su padre, se casócon Mama Tacucaray,
Tancaray-Yacchi, hija de un señor de los Collaguas.
En su reinado continuo la política de afianzamiento en el valle del
Cusco, y se afirma que sus aciertos políticos y sabiduría se debían
a los consejos y enseñanzas que .le daba el Pajaro Inti, que había heredado
de sus padres.
Se dice igualmente que cuando se aprestaba a emprender la conquista
de nuevas tierras, murió victima de una epidemia que afectó la comarca.
Vivió en Intikancha. El ayllu de su linaje se llamó Usca Mayta Panaca.
También se afirma que su cuerpo e ídolo fueron hallados por el licenciado
Polo de Ondegardo.
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CAPAC YUPANQUI. (Qhapaq Yupanki)
Quinto inca y último de la parcialidad de Hurin Cusco.
Hijo de Mayta Qhapaq, en Mama Tacucaray o Tancaray Yachi. Según se afirma,
fue el primer soberano que emprendió la política de la conquista, para
ampliar los límites del Estado regional Inca, y durante su gobierno
consiguió someter la “provincia de los cuyus”.
Cieza de Leon afirma que también sujetó a algunos pueblos de Contisuyo,
después de que estos, inútilmente, pretendieron destruir el Cusco, y,
que finalmente utilizando la prudencia y generosidad, consiguió que
aceptaran sin resistencia el dominio de los Incas.
No se sabe si este Inca hizo otras conquistas, pero algún hecho político
debió ocurrir en el gobierno. El cronista Murúa afirma que murió asesinado
como resultado de una conspiración urdida por su hermano Chimpu Oqllo,
trágica circunstancia que al parecer determinó que el nuevo Inca fuera
de la parcialidad de los Hanan Cusco.
De acuerdo con los ritos incas, Qhapaq Yupanki casó con Curihilpay,
hija del señor de los Ayarmacas. Bernabé Cobo dice que se llamó Curi
Ilpay Cahua, de extremada hermosura y que fue hija de un señor principal
del Cusco.
El ayllo de su linaje se llama Apo Mayta Panaca. Su cuerpo e ídolo fueron
también hallados por el licenciado Polo de Ondegardo.
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INCA ROCA (Inca Roq'a)
Segun la relación oficial del Tawantinsuyo, fue el sexto Inca y el
primero de la parcialidad de los Hanan Cusco, hijo de Qhapaq Yupanki
y Curihilpay.
Se casó de acuerdo con los ritos incas con Mama Micay o Mama Micay Chimpu,
del pueblo comarcano de Pata Guayllaca'n, hija del sinchi del pueblo
de Soma. Continuando con la política guerrera de su antecesor, conquistó
los poblados de Moyna, Pinagua y Caitomarca, a más o menos cuatro leguas
a la redonda del Cusco. En tiempo de paz, canalizó las aguas de Hurinchacan
y las de Hananchacan, para servicio público e irrigación de sembríos
del Cusco.
En Mama Micay, tuvo un hijo llamado Tito Cusi Gualpa (Titu Kusi Wallpa),
llamado posteriormente Yawar Waqaq y en otras los llamados Inca Paukar,
Waman Taysi Inca y Vicaquirao, que fueron grandes capitanes que lucharon
después contra los invasores Chancas, con Pachakuti Inca Yupanki.
Nombró por cabeza de su linaje a su hijo Vicaquirao.
Su cuerpo fue hallado en el pueblo de Rarapa, junto a su ídolo de piedra
que lo representaba.
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YAGUAR GUACA (Yawar Waqaq)
Séptimo Inca de la relación oficial, de la parcialidad de Hanan Cusco,
hijo de Inka Roq'a y Mama Micay.
De niño se llamo Titu Kusi Wallpa. Su infancia, por razón de su nombre,
Yawar Waqaq (que llora sangre), está unida a la leyenda. Según la tradición
oral que recogieron Pedro Sarmiento de Gamboa y otros cronistas. Tocay
Cápac, señor de Ayarmaca, en venganza de Inka Roq'a, que se había casado
con Mama Micay, después que el pueblo Guayllacan se la había prometido,
con astucia raptó a Titu Kusi Wallpa, hijo del Inca, con el ánimo de
matarlo. Pero al verlo llorar sangre, temió que se tratase de un extraño
vaticinio y ordenó criarlo en una estancia, hicieron circular el rumor
que había muerto.
El joven Titu Kusi Wallpa se crió entre las estancias ganaderas de la
zona, hasta que fue reconocido y salvado por la hija del sinche de Anta,
quien lo entregó a su padre. La tradicional rivalidad entre los Incas
del Cusco y los Ayarmacas, terminó en una alianza conyugal. Yawar Waqaq,
se casó con Mama Chicya, la hija de Tocay Cápac y éste se caso con Curi
Oqllo, hija de Inka Roca.
Las conquistas de Yawar Waqaq fueron limitadas, solamente se extendieron
por las comarcas del Cusco y se afianzaron las que había hecho antes
su padre.
Se dice que sometió a los pueblos principales llamados Pillyauya, Písac,
Choyca, Chillincay Taocamarca y Cabinas, entre otros.
En Mama Chicka, el Inca tuvo tres hijos: Paukar Ayllo, Pawaq Wallpa
Mayta (muerto por los Wallacan) y Viraqocha. De otras esposas se mencionan
otros tres: Uichu Topa, que conquistó el pueblo de Uiccho, Marcayutu,
e Inga Roca Inga. Todos fueron famosos capitanes.
El ayllu de su linaje se llamo Aucaylli Panaca, o Aucayllo Panaca. Aunque
se dice que su cuerpo e ídolo no fueron descubiertos, el cronista Bernabé
Cobo refiere que se hallaron en el pueblo de Paulo.
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VIRACOCHA INCA (Wiragocha
Inka)
De la parcialidad Hanan Cusco, fue hijo de Yawar Waqaq y Mama Chicya.
Según la relación oficial, fue el octavo Inca del Imperio. Cuando niño
su nombre fue Hatun Thupa Inka.
Asumió el gobierno a la muerte de su hermano y heredero Pawaq Wallpa
Mayta, asesinado por los Wayllacan. Fue casado con Mama Rondocaya, o
Mama Roncay (Mama Runtu Kay o Kayan) y se cree que en ella tuvo a Pachakuti
Inka Yupanki, Inca Roq'a, Thupa Yupanki y Qhapaq Yupanki, que posteriormente
fueron grandes capitanes del imperio.
Los hechos y el apelativo de este inca oscilan entre la leyenda y la
historia. Guaman Poma de Ayala lo dibujo como un hombre blanco y con
barbas, porque Viraqocha, en una sola palabra significa hombre blanco.
Algunos cronistas creen que vino del Collao, donde según la tradición
en la antigüedad existió gente de pigmentación blanca.
Su nombre se debió más bien a una revelación que tuvo de Viracocha,
divinidad Inca. El cronista Pedro Cieza de León, que conoció estos rumores,
dice que todo fue “burla” porque este Inca nació en el Cusco teniendo
un “nombre particular”. José de la Riva Agüero, siguiendo al Inca Garcilaso
de la Vega, lo exaltó como al famoso vencedor de los Chancas, hasta
que María Rostworoski de Diez Canseco, demostró la confusión, al probar
que este Inca no fue el que defendió al Cusco sino su hijo Kusi, llamado
después Pachakuti Inka Yupanki, con sus hermanos y parientes.
Según varios testimonios, los pueblos conquistados, que antes eran depredados
y destruidos, durante el gobierno de Wiraqocha fueron respetados e incorporados
en el territorio incaico, con guarniciones que aseguran su posesión.
Aunque Sarmiento de Gamboa dice que con los capitanes Apo Mayta y Vicaquirao,
del linaje de Inka Roq'a, Viracocha conquistó Calca hasta Caquea Xaquixaguana,
y luego hasta Quiquixana.
Cieza de León refiere que después de mediar con habilidad diplomática
en el conflicto entre los señores Sapana del Hatun Collao y Cari de
los Lupaka, Viracocha consiguió primero vencer y aliarse con los señores
de Canchis y después derrotó a Sapana en la sangrienta batalla de Paukar
Colla. Selló la paz de Chucuyto con el señor del Hatun Collao, quedando
el Inca con gran poder y prestigio en toda la región del Collao y las
comarcas del Cusco, cuyos pueblos había sometido hasta un perímetro
de más o menos ocho leguas a la redonda del valle cusqueño.
Estos testimonios dejan en el terreno de la presunción las extensas
conquistas que Garcilaso de la Vega atribuyó a este famoso Inca, cuyos
hechos, simbolismo y cronología constituyen aspectos importantes para
explicar la formación del imperio de los Incas y su gobierno dual.
El ayllu de su linaje se llamó Socso Panaca. Su cuerpo fue enterrado
en su residencia de Cakia Xaquixaguana, donde pasó su vejez y murió.
Contrariando la versión de Garcilaso de la Vega, que dice haber visto
su cuerpo en el Cusco, que mostraba su avanzada edad y que tenia la
“cabeza blanca como la nieve”, Sarmiento de Gamboa con otros autores
refiere que el cuerpo de este Inca fue profanado y quemado por Gonzalo
Pizarro, que robó sus ofrendas funerarias y tesoros, y que Polo de Ondegardo
encontró solamente las cenizas de su cuerpo con su ídolo o waogey llamado
Inga Amaro.
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PACHACUTI INCA YUPANKI (Pachakuti
Inka Yupanki)
Noveno Inca, hijo de Wiraqocha Inka y Mama Rondocaya. En su juventud
lo llamaban con el sobrenombre de Cusi; posteriormente fue Inka Yupanki
y después Pachakuti, que es como se le conoce en la historia del Perú.
Inka Yupanki pasó a la posteridad como ejemplo de valor, de héroe nacional,
al actuar valerosamente defendiendo el Cusco del asalto de los Chancas,
después de que su padre Wiraqocha y su hermano Urko Inka, abandonaran
la ciudad dejándola a merced de los poderosos invasores. Se sabe que
el joven Inka Yupanki, después de conseguir el apoyo de los pueblos
comarcanos del Cusco que se le unieron ante el peligro de la invasión
de los Chancas, logró contenerlos y luego vencerlos sucesivamente en
la misma ciudad y después en la gran batalla de Ichupampa, donde perecieron
los principales capitanes enemigos y los sobrevivientes obligados a
cruzar el rio Apurímac y regresar a su tierra.
Ese gran triunfo fue sumamente importante, porque con él Pachacuti inició
la formación del imperio más poderoso y extenso que se conoció en esta
parte del mundo. En efecto, Inka Yupanki, después de asumir el gobierno
del Estado incaico, luego de la abdicación de su padre Wiraqocha, emprendió
grandes conquistas extendió ampliamente el territorio bajo su poder.
Primero venció a los Chancas; luego amplió su dominio hasta la costa
central; después sometió a los poderosos Estados del Collao.
De esa manera, convencido el Inca que solamente los pueblos fuertes
son dueños de su destino histórico, extendió las fronteras del Estado
regional que entonces se transformó en un poderoso imperio panandino.
El primer objetivo del Inca fue lograr el bien común y la seguridad
del Estado. Después se entregó a la tarea de construir obras para asegurar
la producción y finalmente se encargó de reducir el poder de los grandes
señores regionales, que antes habían formado Estados importantes, controlando
así una vasta gama de recursos económicos.
Para lograr esto último, reformó la tierra, creo una burocracia militarizada
y un ejército con oficiales diestros no sólo en el uso de las armas
sino fundamentalmente hábiles en el manejo de la administración publica,
dando forma a una burocracia trabajadora. Pachacuti fue muy inflexible
en sus decisiones, al extremo que para mantener la autoridad y el orden
del Estado no vacilo en disponer la muerte de sus hermanos y de sus
mejores capitanes, cuyas ambiciones pudieron poner en peligro a su gobierno
y al naciente imperio.
De acuerdo a su visión política, después del correinado con su hijo
Amaro Thupa, consiguió que se aceptara como nuevo correinante al menor
de sus hijos, llamado Thupa Inka, al cual, con la asesoría de sus capitanes,
lo inició en las grandes conquistas, extendiendo las fronteras del imperio
hasta las provincias ecuatoriales y las más australes del Collasuyo.
Tras una proficua labor militar y administrativa, Pachacuti murió en
el Cusco. Sarmiento de Gamboa, compendiando significativamente su testamento
político que el Inca dejara a su hijo Thupa Inka, dice que le recomendó
que viese como tarea irrenunciable, para él y sus sucesores, la de "conservar
y acrecentar" el poder y los límites del Tawantinsuyo.
Despues de las ceremonias del "purucaya", o funerales, el cuerpo de
Pachacuti Inka Yupanki fue solemnemente puesto en su residencia de Patallacta.
Allí, en 1559, fue hallado por el licenciado Polo de Ondegardo, para
ser precisos en el lugar llamado Togokache, "donde esta ahora la parroquia
de San Blas, bien aderezado y guardado", el cual cuerpo fue enviado
a la ciudad de Lima.
Se dice asimismo que el ídolo "guaoqui" que representaba el cuerpo de
este Inca era de oro, y que fue deshecho en pedazos y llevado a Cajamarca
para pagar a los españoles parte del rescate que ellos exigieran al
auki Atao Wallpa.
El ayllu del linaje de Pachacuti se llamó Hatun Ayllo o "gran linaje"
y por otro nombre también "Incap Panaca Ayllo". Garcilaso de la Vega,
erradamente considera el nombre de Pachacuti Inka Yupanki como de dos
personajes, uno llamado supuestamente "Pachacútec" y el otro "Inca Yupanqui",
error, que autores posteriores interpolaron en la relación oficial de
los Incas.
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TOPA INKA (Thupa Inka)
Hijo de Pachakuti Inka Yupanki, en Mama Anawarke. Asumió el correinado
del Tawantinsuyo después de su hermano Amaru Thupa. Para este propósito,
se dice que su padre el Inca lo mandó instruir esmeradamente en la Casa
del Sol y que cuando tenía de quince a dieciséis años lo presentó a
los linajes de Hanan Cusco y Hurin Cusco, para que lo reconocieran como
a su correinante y sucesor del imperio a su muerte.
Thupa Inka, según testimonio de los cronistas más autorizados, fue uno
de los soberanos más importantes del imperio, el que conquistó más naciones,
afianzó el poder político y puso las bases de la integración ideológica,
étnica, social y religiosa, para la gran unidad del Tawantinsuyo. Thupa
Inka entra así en la historia universal como uno de los más grandes
conquistadores y estadistas.
En las primeras conquistas que hizo durante su correinado con la asesoría
de los mejores capitanes del imperio, sometió hasta las provincias ecuatoriales,
y se afirma que en audaz aventura marítima llego hasta las islas de
Nina Chumbi y Ahua Chumbi, de donde trajo como testimonio gente de piel
negra, pellejos de caballo y una silla de latón que estuvieron guardados
en el museo de la Casa del Sol.
Después de la muerte de Pachakuti, Thupa Inka emprendió la conquista
de las naciones en la región del Antisuyo, llegando hasta la tierra
del Paytiti. Según se afirma, esta gran conquista se interrumpió debido
al nuevo y gran alzamiento de los pueblos del Collao. Después de su
difícil y sangriento sometimiento, Thupa Inka, siguiendo por el Collasuyo,
amplió las fronteras del imperio, más allá de los Charcas hasta la tierra
de los araucanos, afianzando su dominio en esa lejana región.
Thupa Inka, después de la conspiración de su hermano Thupa Qhapaq, continuó
su gran tarea política y administrativa, para asegurar el bienestar
del imperio y la seguridad del Estado. A la vez, continuó construyendo
la Casa del Sol, llamada comúnmente fortaleza de Sacsa Waman, y otras
obras públicas y de carácter religioso en diversas latitudes del Tawantinsuyo.
Aunque se cree que murió de enfermedad en su residencia de Chincheros,
también se afirma que su muerte fue intempestiva y que habría sido asesinado
de un flechazo, o envenenado como parte de las luchas por el poder entre
los linajes e hijos del Inca, para sucederle en el gobierno del Tawantinsuyo.
De los sucesos posteriores a su muerte se desprendería que habría sido
asesinado por una de sus mujeres, llamada Chiki Oqllo, quien quiso imponer
a su hijo Qhapaq Wari en el gobierno del imperio, pretensiones que fueron
desbaratadas por Waman Achachi y la coya Mama Oqllo, que hicieron reconocer
como heredero legítimo de Thupa Inka al joven Titu Kusi Wallpa, llamado
desde entonces Wayna Qhapaq.
Aunque Garcilaso de la Vega dice que vio su cuerpo en 1560, por invitación
del licenciado Polo de Ondegardo, y el de Viracocha Inka y Huayna Cápac,
entre otros, se sabe por otros testimonios que el cuerpo de este inca
fue incinerado por los capitanes de Atao Wallpa, cuando llegaron al
Cusco, en 1532, como después ocurrió con el de Wiracocha Inka, por Gonzalo
Pizarro, para robar sus ofrendas funerarias.
Sarmiento de Gamboa refiere que las cenizas de Thupa Inka, juntamente
con su ídolo, llamado "Cuxichiri", fueron halladas en Callpuyu, donde
los Incas hacían secretamente muchos sacrificios.
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HUAYNA CAPAC (Wayna Qhapaq)
Llamado Titu Kusi Wallpa, fue hijo de Thupa Inka en Mama Oqllo. Se
dice que era natural del Chinhaysuyo y, en efecto, versiones autorizadas
señalan que nació en Tumipampa, mientras Thupa Inka terminaba de someter
a las provincias ecuatoriales de esa comarca, probablemente entre 1460
y 1470. A su regreso al Cusco Titu Kusi Wallpa era aún niño y fue recibido
por su abuelo Pachakuti Inka Yupanki. Muerto intempestivamente Thupa
Inka en su palacio de Chinchero, según se afirma por mano de Chiki Oqllo,
una de sus mujeres, que pretendió la borla imperial para su hijo Qhapaq
Wari, la conspiració fue deshecha por acción del jefe militar Waman
Achachi y Mama Oqllo, mujer principal del Inka asesinado, tras lo cual
Titu Kusi Wallpa fue reconocido como el nuevo Inca del Tawantinsuyo,
adoptando el nombre de Wayna Qhapaq.
Debido a su minoría de edad, el gobierno fue encargado al Incaprantin
Apo Wallpalla, pero a su vez éste tramó una conspiración y una vez más
debió actuar con rigor el capitán general Waman Achachi, consiguiendo
debelarla. Tras ello, Wayna Qhapaq asumió el gobierno del imperio, posiblemente
en 1593, según la cronología tentativa del cronista Miguel Cabello Balboa.
Wayna Qhapaq figura como uno de los grandes estadistas del Peru Inka,
pues luchó durante su gobierno para mantener la paz del Tawantinsuyo
y para integrar en una sola y gran nación a los diversos pueblos del
mundo andino, visitando las más importantes latitudes del vasto imperio.
Pero este esfuerzo trascendental se truncó con su inesperada muerte
en Quito, ocurrida entre 1526 a 1527.
Se cree que Wayna Qhapaq, después de haber pacificado ]as provincias
alzadas de Quito, Cayambis, Caranguis y Pastos, fue afectado en la región
de la costa por una viruela; pero al parecer se trató de verrugas, enfermedad
endémica de la región, que después afectaría también a los españoles.
Aunque se sostuvo después que el Inka, antes de morir, había dividido
el imperio entre Atao Wallpa y su otro hijo Waskar Inka, los hechos
posteriores y la copiosa documentación existente prueban la falsedad
de esa versión. Puede afirmarse que el Inka agonizante jamás pudo haber
hecho tal división, aunque sí es seguro que Atao Wallpa quedara como
incaprantin de Quito y sus comarcas, como un funcionario más del imperio,
en el cual quedaría como único soberano Waskar Inka.
La sorpresiva muerte de Wayna Qhapaq precipitó la lucha por el poder
entre sus hijos, quienes tal vez sólo fueron los nombres o los personajes
visibles de las hondas tensiones políticas, sociales e ideológicas que
conmovieron el imperio, y que contribuyeron al triunfo posterior de
los invasores hispanos y a la destrucción del Estado autónomo.
Después de sus funerales, el cuerpo de Wayna Qhapaq fue enterrado en
algún lugar secreto. Se cree que estuvo guardado en el templo del Sol.
Cuando en junio de 1537, Manko Inka, ya alzado contra los españoles,
se retiró a la región de Vilcabamba, llevó el cuerpo de su padre junto
con los de los demás Incas, hasta la localidad montañosa de Vitcos.
Allí, al parecer, esos venerados restos cayeron en manos del mariscal
Rodrigo Ordóñez, siendo devueltos a la ciudad del Cusco para ser entregados
después a Paullu Inka, príncipe pro-español que con ayuda de un clérigo
y un notario enterró el cuerpo en un lugar secreto. En 1559 el licenciado
Polo de Ondegardo afirmaría que lo halló "escondido" en una casa del
Cusco, y que después lo envió a Lima, con los supuestos cuerpos de los
últimos Incas.
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GUASCAR INCA (Waskar Inka)
Thupa Kusi Wallpa o Waskar Inka, nació en la localidad de Guascarquiguar,
de donde vino a tomar el nombre. Poco antes de la partida de Wayna Qhapaq
para sofocar la rebelión de las provincias ecuatoriales, en una gran
reunión con los señores del imperio, aceptando la propuesta del Inca,
se reconoció a Thupa Kusi Wallpa como a su legitimo correinante.
Muerto Wayna Qhapaq en Quito, entre 1525 a 1527, Thupa Kusi Wallpa quedó
en el gobierno del imperio. Después de conjurar la conspiración de su
hermano Kusi Atauchi, continuó la política integracionista de su antecesor
y prosiguió la conquista de las provincias de Honda y Pomacocha.
Un tiempo después Atao Wallpa, incaprantin imperial en Quito, se alzó
contra su autoridad. Contra él envió a su otro hermano, Wanka Auki,
capitán general de sus fuerzas, que fueron derrotadas en sucesivas batallas
y perseguidas hasta el valle de Jauja.
Mayta Yupanki, nombrado nuevo capitán general, tampoco pudo contener
el avance de las tropas rebeldes, aunque las resistió un tiempo en el
paso de Anqoyaku, o Iscuchaca, sin poder evitar su posterior avance
a la ciudad del Cusco.
Waskar Inka se aprestó entonces a defender la capital del imperio, apostándose
a lo largo del río Apurimac. Probablemente entre agosto y setiembre
de 1532 se dio la gran batalla de Cotapampa, en la que se enfrentaron
a muerte ambos hermanos. Cuando estaba virtualmente asegurada la derrota
de los rebeldes, después de varios días de lucha, y cuando el Waskar
se dirigía personalmente a terminar con su enemigo, inesperadamente
cayó en una celada, tendida por los capitanes Challko Chima y Kiskis,
con lo cual se deshizo su ejército y la ciudad del Cusco fue ocupada
por las fuerzas de Atao Wallpa.
Poco después hizo su entrada en el Cusco el capitán Cuxi Yupanki, personero
de Atao Wallpa, ordenando severas represalias entre la gente del bando
legalista. Waskar Inka, con su madre y demás familiares y algunos de
sus hermanos y leales capitanes, fueron enviados prisioneros al valle
de Cajamarca, a la presencia del triunfador Atao Wallpa. La testigo
presencial Leonor Sisa dice que cuando Atao Wallpa cayó prisionero en
la celada que le tendieron los españoles en Cajamarca el 16 de noviembre
de 1532, Waskar Inka y su comitiva se hallaban en el centro administrativo
de Wanakopampa. Por diversas fuentes, se sabe que Waskar Inka fue muerto
en la localidad de Antamarca, posiblemente a fines de 1532.
Es importante aclarar la actitud que tuvo Waskar Inka al conocer la
entrada de los españoles hasta el valle del Chira. En ningún entendimiento
pretendió entenderse con los invasores, y menos aun envió una embajada
para pedir auxilio contra su hermano. Según testigos presenciales,
se tiene la certidumbre de que el Inca Waskar, intuyendo el peligro
que constituía la presencia de esa nueva y extraña gente, ordenó reclutar
más guerreros para luchar contra ellos y contra las fuerzas de su hermano
Atao Wallpa.
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ATAHUALPA (Atao Wallpa)
Auki, o príncipe, hijo del emperador Wayna Qhapaq. Se desconoce el
lugar y fecha de su nacimiento, si bien se sostiene que fue cusqueño.
Al estallar la rebelión de los pueblos de Quito, Cayambis, Caranquis,
Pastos y Huancavilcas, Atao Wallpa partió del Cusco con la hueste que
su padre el Inca Wayna Qhapaq envió para someter a los sublevados.
Pero el auki regresó con su hermano Ninakuychi huyendo con la demás
gente de Auki Toma, que había sufrido un serio revás al caer en una
celada de los bravos Pastos.
Se desconoce la actuación de Atao Wallpa durante las incidencias de
esta guerra y sometimiento de esas provincias. Muerto Wayna Qhapaq,
quedóse en Quito Atao Wallpa, alegando diversos motivos y justificaciones,
originando el disgusto de Waskar Inca que le reprochó no haber acompañado
el cuerpo de su padre hasta el Cusco. El rigor de Waskar hizo que ordenase
matar algunos capitanes de su padre por haber permitido que Atao Wallpa
se quedara en la ciudad de Quito.
Se sostiene que Waskar sospechó desde siempre la deslealtad de su hermano
Atao Wallpa. Sin embargo, respetando la voluntad de su padre Wayna Qhapaq,
lo mantuvo como incaprantin de Quito y sus comarcas. Después de varios
años, segun el cronista Sarmiento de Gamboa, se precipitó la rebelion
de Atao Wallpa, debido a intrigas de Ullko Kolla, curaca de los Cañaris,
quien reiteradamente lo denunció ante la corte cusqueña, diciendo que
este auki conspiraba para alzarse contra la autoridad de Waskar Inca.
Aunque es posible que esa pudiera ser una de las causas, evidentemente
la rebelión de Atao Wallpa obedeció a otras motivaciones más complejas,
posiblemente de carácter religioso e ideológico acerca de lo que debía
ser el imperio que asumía Waskar Inca, lo cual va mas allá de una simple
rivalidad entre el centro administrativo de Tumipampa y la capital imperial
del Cusco, como se ha venido creyendo.
Se estima que la rebelión estalló hacia 1529. Después de una tregua
de varios meses, continuó con una formidable campaña contra las fuerzas
legalistas comandadas por Wanka Auki, cuya vacilante actuación permitió
los primeros triunfos rebeldes en 1531, terminando con la derrota final
del propio Waskar Inca en la batalla de Cotapampa, a mediados de 1532.
Afirma el cronista Cieza de Le6n que desde los primeros momentos Atao
Wallpa estuvo al tanto de las andanzas de los invasores hispanos y que
por considerarlos tan pocos y como una mesnada de aventureros no quiso
mandar gente de guerra contra ellos, dejando que los pueblos del norte
se defendieran por sí mismos, con sus propios recursos.
Terminada la guerra y derrotado su hermano Waskar, en lugar de castigar
los crímenes de los españoles y confiando más bien en la versión de
sus espías, Atao Wallpa resolvió incautamente atraerlos a su campamento
de Cajamarca, para atraparlos sobre seguro, y sin percatarse de su poderío
los dejó avanzar tranquilamente hasta el mismo pueblo de Cajamarca.
Es evidente que el auki Atao Wallpa estaba tan seguro de su poder bélico
que recriminó a los emisarios españoles que lo fueron a ver a su campamento
de Qonoq, próximo a Cajamarca, diciéndoles que él sabía de los robos
y tropelías que habían cometido a lo largo de la costa.
Empero, los sucesos posteriores demuestran que esa confianza le fue
fatal, pues al acudir al pueblo de Cajamarca con la decisión de apresarlos
y exigirles reparación por sus robos y daños, sorpresivamente los españoles
lo tomaron prisionero en medio de una matanza, la tarde del 16 de noviembre
de 1532.
Testigos presenciales relatan la actitud altiva que en tan difícil trance
mantuvo Atao Wallpa, pues al precipitarse los españoles al ataque los
conminó a depositar en la plaza todo lo que habían robado desde la bahía
de San Mateo hasta Cajamarca, amenazando con matarlos si no lo hacían
de inmediato. Atao Wallpa cayó victima de su temeraria imprudencia.
Respecto a la historia posterior, existen testimonios de que Atao Wallpa
fue extorsionado por los hermanos Pizarro para que les entregara oro
y plata con que pagar a la soldadesca; y que por escritura se pactó
la entrega de los metales a cambio de la libertad del cautivo. Mas los
españoles, después de recibir el cuantioso rescate de oro, incumplieron
totalmente lo pactado, tramando la muerte del Inca.
Se hizo un proceso sumario arguyéndose que que Atao Wallpa conspiraba
contra los españoles. Y merced a tan grave acusación, Atao Wallpa fue
condenado por Pizarro a la pena del garrote, siendo ejecutado sin conmiseracion
alguna el 26 de julio de 1533, en la plaza de Cajamarca, no sin antes
ser bautizado con el nombre de Francisco.
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