Durante
algo más de tres siglos, del siglo XVI al siglo XIX, las únicas
fuentes escritas (relatos de soldados, crónicas...), que sirvieron
de base para narrar la historia del Perú antiguo, fueron españolas.
Así, se ocultó la existencia misma de civilizaciones anteriores
a la de los incas.
En
la segunda mitad del siglo XIX, el nacimiento de la arqueología
peruana crea un cambio considerable: el descubrimiento de las civilizaciones
"pre-incas".
A
comienzos del siglo XX, los trabajos del arqueólogo alemán
Max UHLE pusieron en evidencia la existencia, no solamente de una, sino
varias civilizaciones anteriores a los incas. Algo más tarde,
el arqueólogo peruano Julio C. TELLO busco una explicación
al origen de dichas civilizaciones.
No
habiendo dejado ningún texto escrito, todas esas civilizaciones
son del estricto dominio de la arqueología.
Actualmente,
desde hace dos décadas, numerosos proyectos arqueológicos
estan en marcha de norte a sur del Perú. Estas excavaciones,
dirigidas por arqueólogos peruanos y extranjeros (europeos, japoneses,
canadienses, norteamericanos...) permitieron la formación de
un número creciente de investigadores locales. De este modo se
efectuaron numerosos descubrimientos gracias a los cuales se tuvo un
nuevo y mejor enfoque y conocimiento de los pueblos. En adelante la
arqueología no se limitará a establecer una cronología
o a describir una serie de objetos antiguos. Su cometido será
el de comprender y explicar la organización, las instituciones
y las características sociales y económicas de cada cultura.